Estimado trabajador de relevo:
No tienes idea del impacto que tienes en la familia a la que ayudas. Simplemente no lo sabes. Las familias con necesidades especiales son de todo tipo y tamaño y tienen distintos problemas. Lo que haces es invaluable y no se puede exagerar. Como muchas familias con necesidades especiales, nuestra familia se volvió solitaria. Conteníamos nuestros problemas y asuntos dentro de las paredes de nuestra casa. Sacar a la familia de la casa fue difícil y sentimos que no valía la pena, así que nos quedamos en ella.
Llevamos a los niños a la escuela, a terapia y a cualquier programa obligatorio al que alguien tuviera que asistir, pero eso fue todo. ¿Por qué? Porque estábamos exhaustos. La idea de ir al parque o dar un paseo a menudo nos parecía demasiado difícil. Simplemente no valía la pena el esfuerzo. Sabíamos que era bueno para todos, pero la cantidad de esfuerzo físico y mental que se requería para salir y permanecer fuera parecía astronómica y no valía la pena el precio. Así que nos quedamos en casa y nos aislamos, pero eso solo nos puso en apuros.
El hogar era un lugar de trabajo con listas interminables de tareas, proyectos, rutinas y problemas. Se volvió desesperante. Creamos nuestro propio entorno sofocante. Aunque sabíamos que lo habíamos provocado así, aún era difícil cambiar.
Luego, un asistente social llegó a nuestras vidas y nos permitió respirar. Tuvimos un respiro de la rutina. La primera vez que un asistente social cuidó a nuestro hijo, mi esposa y yo nos sentamos en nuestro auto en la calle preguntándonos cuándo sonarían nuestros celulares o cuándo llegarían los bomberos. Poco a poco, nos entregamos al programa de respiro y, en consecuencia, la vida se volvió dulce. Pudimos hacer esos pequeños recados, socializar con otros y salir con gente. Se formaron y fortalecieron las relaciones. Pudimos brindar un respiro a otros a través del servicio comunitario y encontrar actividades gratificantes que nos dieron alegría y autoestima.
Hicimos ejercicio y encontramos pasatiempos en nuestras vidas que antes eran rutinarias. Estábamos descansados, llenos de energía y listos para enfrentar desafíos. Nuestra casa de proyectos interminables se convirtió en un hogar de amor y éxito. Un poco de respiro puede ayudar mucho a que familias como la nuestra tengan éxito. Y por eso, les agradecemos.
Atentamente,
Rick Daynes
Orgulloso padre de cinco hijos, tres de ellos con necesidades especiales